domingo, 22 de noviembre de 2009

LAOCOONTE

ESCULTURA HELENÍSTICA.



IDENTIFICACIÓN. El grupo escultórico de Laocoonte y sus hijos data del 50 d. C., y sus autores son Agesandro, Polydoro y Athenodoro, artistas pertenecientes a la Escuela de Rodas. Parece que la obra estaba destinada a decorar la Domus Aurea de Nerón.

ANÁLISIS FORMAL. Este grupo escultórico en mármol y bulto redondo, representa el castigo de Apolo a Laocoonte y sus hijos, que quieren advertir a los troyanos de la astucia de Ulises al introducir el caballo de madera en Troya.

Siguiendo la línea de Scopas y de la escuela de Rodas, aparece un exagerado naturalismo, si bien los hijos están representados al modo clásico. Se aprecia el movimiento giratorio de las caderas, los hombros y la cabeza, que se contrabalancean, describiendo una "línea serpentinata".

La expresión de sufrimiento y el movimiento retorcido son característicos de la época helenística y más aún del dramatismo peculiar de la escuela de Rodas.

Esta obra responde a varias características del arte helenístico, que se desarrolla desde la 2ª mitad del siglo IV a. C. hasta la conquista de Grecia por Roma: cuerpos en torsión; esculturas formando grupos y expresión dramática de los sentimientos. No queda ni asomo de la frontalidad arcaica y se produce la conquista de todo el espacio:son obras que transmiten la plena sensación de tridimensionalidad.

CONTEXTO. El mundo helenístico surge de la descomposición del Imperio de Alejandro a finales del siglo IV a. C. La división del territorio entre sus generales va a facilitar una autonomía de los mismos que romperá una cierta unidad artística hasta entonces observada en Grecia. Finalmente, se han roto la mesura y el equilibrio del clasicismo en este grupo escultórico de intenso movimiento y dramatismo.

En la época helenística, además, las estatuas se colocan en plazas, para ser vistas desde todos los puntos de vista: pierden el punto de vista frontal, pues el espectador puede verlas desde todos los ángulos, lo que favorece el lucimiento de los escultores a la hora de esculpir grupos de intensa acción.

Esta obra, aunque se alejó de los cánones clasicistas, sirvió como modelo a imitar en las representaciones de los rostros de los mártires de la Iglesia católica o como fuente de inspiración a los manieristas del Renacimiento en cuanto a la línea serpentinata.

HERMES CON DIONISOS

ESCULTURA GRIEGA.

Identificación. La obra es Hermes con Dionisos niño, y su autor es Praxíteles (400-330 a. C.), escultor clasicista de la primera mitad del siglo IV a. C.

Análisis formal. La obra representa al dios Hermes cargando en uno de sus brazos con un infantil Dionisos.

Praxíteles incorpora a sus obras las conquistas del siglo V a. C. : una visión de la belleza basada en la armonía y la proporción canónica de las cabezas introducida por Policleto. También es clara la diartrosis en la separación de las extremidades respecto del cuerpo y en el movimiento sereno de las articulaciones. El contraposto rompe con la frontalidad al alterar la línea recta de las caderas.

Pero introduce las novedades propias del siglo IV a. C., como la representación de los dioses desprovistos de la dignidad divina de la fase anterior del clasicismo pues en el clasicismo de este momento aparecerán como seres humanos, realizando también acciones humanas. También abundan en esta época las escenas anecdóticas como esta, en la que la comunicación entre ambos dioses posee un carácter tierno desprovisto de toda solemnidad.

Las formas se vuelven blandas, con un marcado gusto por la línea curva, por lo bello y femenino. Praxíteles lo expresa con la curva praxiteliana, que infunde "charis" (gracia) a sus personajes. La curva consiste en un rítmico contoneo sinuoso: los personajes desplazan la cadera, las fuerzas se desequilibran y tiene que haber un punto de apoyo que aporte equilibrio, como un árbol, una columna..

Es típica de Praxíteles la expresión soñadora del rostro de Hermes y la risueña de Dionisos, al mismo tiempo que Hermes luce un peinado con grandes bucles y mechones que crea un contraste lumínico con un cierto claroscuro.

Sus figuras aparecen suavemente sombreadas (sfumatto), con un juego de luz y sombra que hace borrosos los perfiles y bellísimos los rostros, como se refleja en la figura de Hermes, especialmente el "sfumatto" en los hombros.

La expresión de los rostros es soñadora, como risueña, y los peinados aparecen con grandes bucles o mechones, lo que ayuda al contraste luminoso al crear claroscuros.

Sus esculturas de varones tienen un cierto aire femenino, no tienen la fuerza, la rotundidad y la sobriedad de las obras de Policleto.

CONTEXTO.

A diferencia de las sociedades orientales, la sociedad griega no es una sociedad teocrática, a pesar de la presencia de muchos dioses. La polis griega se acoge a la protección de divinidades tutelares pero el culto religioso es puramente formal y no require de una creencia sincera de la que se deriven exigencias morales. Esto y el carácter antropocentrista de los griegos permite llegar a representaciones tan poco hieráticas como la presente.

Por otra parte, el modelado blando del momento y lo anecdótico de algunos temas nos anuncian una etapa final del proceso que comenzó desde el rígido arcaísmo de sabor oriental, que pasó por la etapa serena del primer clasicismo y que culmina ahora en el clasicismo del siglo IV a. C., antítesis de aquellos comienzos arcaicos. A diferencia de la estatuaria egipcia, la escultura griega poseerá un gran impulso evolutivo y una gran influencia en la cultura occidental posterior (Roma, Renacimiento, Neoclasicismo). El Renacimiento recogerá distintas tendencias del arte griego y algunos de sus rasgos en escultura, como el abandono de la frontalidad, la diartrosis y el contraposto, expresado en Praxíteles hasta las últimas consecuencias.


EL DORÍFORO.


DORÍFORO.

El autor de esta obra es Policleto, escultor que se sitúa en el siglo V a. C., en pleno desarrollo del clasicismo griego. La obra es una copia en mármol.

ANÁLISIS FORMAL.

La obra representa a un atleta que porta una jabalina. Muestra las características técnicas más importantes del clasicismo: una búsqueda de la armonía a través del establecimiento de un canon, que Policleto fija en la cantidad de 7 cabezas como medida de la estatura de la estatua del atleta. La armonía en el arte griego consiste en una proporción de cada una de las partes con el todo.

También se aprecia la diartrosis, pues las articulaciones reflejan movilidad a pesar del movimiento pausado, y las extremidades aparecen claramente diferenciadas del tronco.

Otra de las características del clasicismo es el contraposto, aquí expresado en el apoyo de la figura en una de sus piernas, mientras que la otra toca el suelo levemente con los dedos de los pies. Supone una ruptura con el principio o ley de frontalidad, al producirse una ruptura en la horizontalidad de las caderas.

La obra responde a la austeridad, elegancia y belleza atlética de las obras de Policleto. Un reflejo del clasicismo es la contención expresiva de la figura, que no delata sentimientos exaltados sino un gran equilibrio interior.

CONTEXTO.

Partiendo desde el período arcaico (siglo VII y VI a. C.) de inspiración oriental (rigidez y frontalidad en las representaciones) el clasicismo aspira a alcanzar la perfección en la representación del cuerpo humano, lo que responde a la visión antropocentrista de la cultura griega, que se aleja del sentido teocrático y, por tanto, del hieratismo oriental. En el clasicismo las esculturas tendrán un carácter naturalista aunque con tendencia a una idealización que expresa el modelo de bellez ideal. El naturalismo se aprecia en una descripción anatómica realista y pormenorizada de los modelos.

La racionalidad griega añadirá al arte la búsqueda de una belleza basada en una armonía que se expresa matemáticamente a través de los cánones, como el establecido por Policleto. Esta armonía exige una contención expresiva de lo anímico.

La escultura clásica influirá en el arte romano y servirá de inspiración para los artistas del Renacimiento (se recuperará el contraposto y la misma forma idealista de reflejar el cuerpo humano que en Grecia) y del Neoclasicismo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

ESCRIBA SENTADO.



ESCULTURA EGIPCIA.

IDENTIFICACIÓN.

Escultura de un escriba egipcio. Pertenece al período cronológico del Imperio Antiguo egipcio (aproximadamente entre el 2500 y el 2000 a.C.) Su autor es desconocido. La figura se halla en el Museo del Louvre de París.

ANÁLISIS FORMAL.

Obra realizada en piedra caliza policromada. El escriba acusa un cierto hieratismo en la mirada, muy concentrada, y una gran rigidez corporal, detalles frecuentes en la estatuaria egipcia cuando se representa a personajes de cierta dignidad. A esa rigidez contribuye la frontalidad del escriba, cuyos hombros son paralelos a la línea de la cintura.

Sin embargo también observamos ciertas concesiones al realismo poco usuales cuando el personaje representado era un faraón: la descripción anatómica es realista y deja ver la flacidez del cuerpo, mientras que los brazos separados del tronco alejan a esta figura de la estatua-cubo tan frecuente en el arte egipcio.

CONTEXTO.

El arte egipcio está fuertemente influido en su producción y repertorio por el carácter claramente religioso de la cultura egipcia y por la omnipresencia del faraón, rey y divinidad a la vez. Por tanto, las creaciones más importantes y destacadas del arte egipcio tendrán que ver con la representación de dioses y personajes de la realeza, aunque en este caso el personaje es un escriba, figura importante y prestigiosa en la sociedad egipcia, pues la escritura era un arte difícil que dominaban pocas personas. Los escribas trabajaban en los templos, que eran centros religiosos y también económicos, y a las órdenes del faraón, llevando a cabo las indispensables tareas administrativas en un estado tan centralizado como el egipcio en lo político y en lo económico. Los escribas eran personajes de suma importancia en el funcionamiento cotidiano de templos y palacios reales.