sábado, 31 de octubre de 2009

ORIENTACIONES SELECTIVIDAD.

ARTE DE LA PREHISTORIA.

1. Pintura rupestre: las pinturas de las cuevas franco-cantábricas y la pintura de los abrigos levantinos.

2. Megalitismo: la arquitectura megalítica de la fachada atlántica y la arquitectura ciclópea de las Islas Baleares.

Dentro de la triple división del Arte Prehistórico en Paleolítico, Mesolítico y Neolítico, significar que el hombre del Paleolítico y Mesolítico que vive de la caza y desarrolla una pintura rupestre en cuevas y abrigos, mientras que en el Neolítico practica la agricultura, surgen los primeros asentamientos estables y la sociedad deja de ser "consumidora de los bienes de la naturaleza" para convertirse en "productora de su propio alimento".

Teorizar sobre los fines de la pintura rupestre (mágico o ritos de iniciación) y comentar las diferencias entre las pinturas de las cuevas franco-cantábricas y la de los abrigos levantinos.

Señalar el sentido práctico del Neolítico mediante la tipología de las construcciones megalíticas, profundizando en los dólmenes andaluces y en los talayots, taulas y navetas de las Islas Baleares.

ARTE EGIPCIO.

1. Arquitectura. La tumba y el templo.

2. Formas y características de la escultura y la pintura.

La arquitectura egipcia es arquitrabada. Por lo que respecta a la tumba señalar su tipología y la evolución de la pirámide desde el modelo escalonado de Zoser, en Sakkara, hasta la Gran Pirámide de Keops, en Gizeh. En cuanto al templo, enumerar sus partes y dependencias, y reflejar su evolución desde los edificios al aire libre (Karnak y Luxor) a los "speos" de Ramsés II, pasando por el "semispeos" de la reina Hatshepsut, en Deir-el Bahari.

En el campo de la plástica resaltar que los egipcios se distinguen del resto de los pueblos antiguos por buscar deliberadamente el canon ideal del cuerpo humano, convirtiéndose en precursores inmediatos de los griegos. A partir de este punto, explicar los conceptos de "ley de la frontalidad", "visión rectilínea" y canon de belleza basado en 18 puños, haciendo ver al alumno que entre los griegos la "ley de frontalidad" desaparece en el siglo V a. C., y que frente al puño, en la Hélade, se prefirió la cabeza como módulo de proporción armónica para el ser humano. Finalmente, señalar que en Egipto este código se mantuvo, casi inmutable, a lo largo de tres mil años, mientras que los griegos lo fueron cambiando.

ARTE GRIEGO.

1. Introducción. Los órdenes.

2. El templo griego: el Partenón.

3. La escultura. los grandes maestros de los siglos V y IV a. C. Policleto y Fidias. Praxíteles y Scopas. Lisipo y su canon.

4. El periodo helenístico.

Explicar los órdenes clásicos a partir de la preocupación griega por construir a escala humana y advertir la "armonía visual" y refinamientos ópticos que utilizaron los arquitectos en curvatura de entablamentos, inclinación y éntasis de las columnas, y distancia desigual de los intercolumnios para corregir las aberraciones naturales del ojo humano. Definir sus creaciones arquitectónicas, destacando la importancia del Partenón en la cultura griega, analizando planta y alzado, así como la decoración escultórica.

La escultura griega por su importancia posterior, debe ser analizada en virtud de los grandes problemas externos e internos que resuelve. De entrada, los maestros del siglo V a. C. diferencian la "escultura" de la "imagen de culto", a través de las creaciones de Policleto y Fidias. Policleto, que se ocupará meramente de los aspectos formales, rompe la "ley de la frontalidad" y aplica el canon de belleza basado en siete cabezas, regulando las esculturas profanas por el principio de "diartrosis". Fidias agrega a estos rasgos un contenido anímico (el "quid divinum"), que hace que sus figuras de dioses dejen de ser simples esculturas para convertirse en imágenes de culto que provocan la devoción del fiel. (Para aclarar estos conceptos, situémonos en el siglo XVII español, señalando las diferencias entre una escultura --retrato ecuestre de Felipe III o Felipe IV-- y una imagen --Crucificado procesional de Gregorio Fernández o Martínez Montañés--). Explicar, asimismo, la doble tendencia de la escultura del siglo IV: la "charis" o gracia ática de Praxíteles y el "pathos" dramático de Scopas. Por último ver el resumen de todas estas tendencias en Lisipo, "el último de los clásicos".

Con respecto al mundo helenístico, señalar sus límites, el proceso de secularización del arte y su carácter mundano.

TEMPLO DE ABÚ SIMBEL.

ARQUITECTURA EGIPCIA.

IDENTIFICACIÓN.

Speo de Ramsés II, construido entre 1284 y 1264 a. C., durante el Imperio Nuevo egipcio, que se extiende aproximadamente entre el 1500 y el 750 a. C. Se encuentra en Abú Simbel, en la región de Nubia.

ANÁLISIS FORMAL (O ESTILÍSTICO).

Se trata de un templo speo (excavado totalmente en la roca). Tanto en la fachada como el interior abunda la piedra como material constructivo. Se accede al mismo por un muro en talud en cuyo centro está la puerta de entrada, flanqueada por cuatro colosales estatuas (22 metros de altura) de Ramsés II en postura ritual. A los pies de las figuras del faraón están representados algunos de sus descendientes y sobre dichas figuras aparecen relieves con imágenes de babuinos. Las estatuas de Ramsés II exhiben un estilo hierático, con clara frontalidad y colosalismo están ataviadas con las coronas.

En este edificio los arquitectos egipcios condensaron sus conocimientos técnicos y astronómicos: la fachada estaba orientada hacia el este y tanto el 20 de octubre (época de germinación) como el 20 de febrero (recolección) los rayos del sol entraban unos 60 metros para iluminar las imágenes titulares, que se encontraban en las salas interiores. Había esculturas de Ra, Ptah, Amón y Ramsés (todas, salvo la de Ptah, quedaban iluminadas en esas fechas). En el interior se abre una sala hipóstila y un gran pasillo a lo largo del cual se distribuyen las diversas estancias. A medida que se profundiza las salas decrecen en altura e iluminación, a imitación de los templos al aire libre.

En el templo se advierten el colosalismo de la arquitectura egipcia y su carácter arquitrabado en el interior.

CONTEXTO.

Para la mentalidad egipcia, las obras de gran volumen y masa como esta contribuyen a acentuar el sentido de eternidad. El egipcio está obsesionado por el poder de los dioses y por el más allá, por lo que las obras sobrepasan la escala humana. Es un arte a la medida de los dioses y suscita sentimientos de temor reverente.

Se observa el carácter propagandístico del arte egipcio a favor de la religión y el estado, pues demuestra en este tipo de obras el poder del faraón y de los sacerdotes. La edificación en piedra confiere a los edificios egipcios una sensación de eternidad.






ESTATUA DE KEFRÉN.

ESCULTURA EGIPCIA.






IDENTIFICACIÓN.

Se trata de la estatua sedente del faraón Kefrén, de la IV dinastía del Imperio Antiguo egipcio. El Imperio Antiguo se prolonga entre el 2500 y el 2000 a. C.

ANÁLISIS FORMAL (O ESTILÍSTICO).

Es una estatua exenta (del tipo estatua-cubo) sedente realizada en diorita. La estatua-cubo (que integra en una misma pieza el asiento y el cuerpo) presenta las extremidades pegadas al resto del cuerpo, entre otras cosas para evitar roturas que pudieran afectar negativamente a la vida de ultratumba: era necesario un doble del cuerpo o "ka" para garantizar la supervivencia del alma y gran parte de las estatuas egipcias tienen esa finalidad funeraria. Kefrén aparece protegido por Horus, el Halcón, que despliega sus alas arropando su cabeza. Las patas del trono son garras de león, símbolo de la fuerza y el poder. El puño cerrado también es un símbolo externo de poder. El trono está decorado con flores de loto y papiro atadas, símbolo de la unión del Alto y Bajo Egipto. Lleva el nemes o pañuelo real, la barba postiza y el ureus o cobra sagrada sobre su frente, todos ellos símbolos del poder real.

Esta imagen refleja una de las convenciones de la escultura egipcia, como es la frontalidad: la línea de los hombros y la de las caderas son paralelas y un eje vertical imaginario divide la imagen en dos mitades de perfecta simetría. La frontalidad egipcia influirá en la escultura griega arcaica, aunque los griegos la abandonarán en el siglo V a. C., en la época clásica.
Los egipcios fueron los primeros entre los antiguos en buscar un modelo de armonía en la representación del cuerpo humano basado en el puño como módulo (el cuerpo debe medir 18 veces el puño de la persona), mientras que los griegos usarán el tamaño de la cabeza.
Otro convencionalismo aquí presente de la estatuaria egipcia es la solemnidad hierática de las representaciones, que se deja ver en la postura rígida, la mirada al infinito y la inexpresividad del rostro. La imagen de Kefrén, como es habitual en el arte egipcio, no presenta un estudio anatómico pormenorizado y sí un idealismo que se expresa en la imagen de fortaleza y juventud y en rehuir una excesiva individualización del personaje retratado.

CONTEXTO.

El arte egipcio estará sometido a fuertes condicionantes políticos y religiosos. Faraones y sacerdotes van a dirigir la producción artística e influirán en la estética. El artista egipcio tiende a la perfección formal más que a la originalidad y a la evolución estilística. Lo que interesa es que el arte exprese las creencias en la vida de ultratumba y el poder teocrático del faraón (emparentado con la divinidad), necesario para centralizar el poder y acometer la organización y aprovechamiento de las crecidas del Nilo y garantizar la seguridad y grandeza del Estado, y de ahí el hieratismo y la sensación de permanencia temporal que les llevará a realizar sus obras en piedra, material que destaca por su durabilidad. Tan sólo en la etapa de Amenofis IV (Imperio Nuevo) el arte cederá ante la tendencia al naturalismo, pero será un episodio sin consecuencias posteriores. Sólamente los oushebti hallados en las tumbas y destinados a servir al faraón en su paso a la vida eterna presentarán el naturalismo que conviene a las escenas de la vida cotidiana.