domingo, 22 de noviembre de 2009

HERMES CON DIONISOS

ESCULTURA GRIEGA.

Identificación. La obra es Hermes con Dionisos niño, y su autor es Praxíteles (400-330 a. C.), escultor clasicista de la primera mitad del siglo IV a. C.

Análisis formal. La obra representa al dios Hermes cargando en uno de sus brazos con un infantil Dionisos.

Praxíteles incorpora a sus obras las conquistas del siglo V a. C. : una visión de la belleza basada en la armonía y la proporción canónica de las cabezas introducida por Policleto. También es clara la diartrosis en la separación de las extremidades respecto del cuerpo y en el movimiento sereno de las articulaciones. El contraposto rompe con la frontalidad al alterar la línea recta de las caderas.

Pero introduce las novedades propias del siglo IV a. C., como la representación de los dioses desprovistos de la dignidad divina de la fase anterior del clasicismo pues en el clasicismo de este momento aparecerán como seres humanos, realizando también acciones humanas. También abundan en esta época las escenas anecdóticas como esta, en la que la comunicación entre ambos dioses posee un carácter tierno desprovisto de toda solemnidad.

Las formas se vuelven blandas, con un marcado gusto por la línea curva, por lo bello y femenino. Praxíteles lo expresa con la curva praxiteliana, que infunde "charis" (gracia) a sus personajes. La curva consiste en un rítmico contoneo sinuoso: los personajes desplazan la cadera, las fuerzas se desequilibran y tiene que haber un punto de apoyo que aporte equilibrio, como un árbol, una columna..

Es típica de Praxíteles la expresión soñadora del rostro de Hermes y la risueña de Dionisos, al mismo tiempo que Hermes luce un peinado con grandes bucles y mechones que crea un contraste lumínico con un cierto claroscuro.

Sus figuras aparecen suavemente sombreadas (sfumatto), con un juego de luz y sombra que hace borrosos los perfiles y bellísimos los rostros, como se refleja en la figura de Hermes, especialmente el "sfumatto" en los hombros.

La expresión de los rostros es soñadora, como risueña, y los peinados aparecen con grandes bucles o mechones, lo que ayuda al contraste luminoso al crear claroscuros.

Sus esculturas de varones tienen un cierto aire femenino, no tienen la fuerza, la rotundidad y la sobriedad de las obras de Policleto.

CONTEXTO.

A diferencia de las sociedades orientales, la sociedad griega no es una sociedad teocrática, a pesar de la presencia de muchos dioses. La polis griega se acoge a la protección de divinidades tutelares pero el culto religioso es puramente formal y no require de una creencia sincera de la que se deriven exigencias morales. Esto y el carácter antropocentrista de los griegos permite llegar a representaciones tan poco hieráticas como la presente.

Por otra parte, el modelado blando del momento y lo anecdótico de algunos temas nos anuncian una etapa final del proceso que comenzó desde el rígido arcaísmo de sabor oriental, que pasó por la etapa serena del primer clasicismo y que culmina ahora en el clasicismo del siglo IV a. C., antítesis de aquellos comienzos arcaicos. A diferencia de la estatuaria egipcia, la escultura griega poseerá un gran impulso evolutivo y una gran influencia en la cultura occidental posterior (Roma, Renacimiento, Neoclasicismo). El Renacimiento recogerá distintas tendencias del arte griego y algunos de sus rasgos en escultura, como el abandono de la frontalidad, la diartrosis y el contraposto, expresado en Praxíteles hasta las últimas consecuencias.


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